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Reproducción medicamente asistida, una realidad con bebés de diseño.


Un hijo a mi medida.


Autora: Ana Paulina Sanchez-Flores.


La reproducción medicamente asistida es un tema actual que compete a la población, en particular a las mujeres jóvenes, al tratarse de temas relacionados con la reproducción y fertilidad, así mismo, el conocimiento general en este tipo de temas y problemáticas sociales contribuyen a la formación de un criterio propio por parte de la sociedad, el cual debe ser acompañado de la voz de personas capacitadas en el tema. Por ello, a lo largo del escrito se observa la evolución en técnicas de reproducción medicamente asistida, relacionada a la gestación subrogada, la cual puede llevar a la modificación genética. Se evalúan posibles repercusiones en el individuo y sociedad. Concluyendo que la elección del sexo del bebé y modificación de línea germinal (células que posteriormente se diferenciaran para la formación de órganos) no tendrían un buen impacto a la larga, la primera a nivel social por sexismo en la sociedad y la segunda al no ser certeras las consecuencias a largo plazo. Además se analiza la interacción de la gestación subrogada con técnicas de modificación genética e implicaciones bioéticas, concluyendo que es el resultado de mercantilización del cuerpo de la mujer para cumplir un deseo humano.

De acuerdo con el Glosario de terminología en Técnicas de Reproducción Asistida (TRA); preparado por el Comité Internacional para el Monitoreo de la Tecnología de Reproducción Asistida (ICMART por sus siglas en inglés) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), una reproducción medicamente asistida (RMA) es: una reproducción lograda a través de la inducción de ovulación, estimulación ovárica controlada, desencadenamiento de la ovulación, técnicas de reproducción asistida (TRA), inseminación intrauterina, intracervical o intravaginal, con semen del esposo/pareja o un donante. La reproducción medicamente asistida surge, en primera medida como una herramienta innovadora para dar solución a problemas de infertilidad que ha ido evolucionando a lo largo del tiempo, hasta llegar a la modificación genética; es ahí donde genera revuelo dentro de la comunidad científica, principalmente debido a que en algunos lugares esta práctica también puede incluir, en algunas ocasiones, la modificación genética de la línea germinal (células que posteriormente se diferenciaran para la formación de órganos), la cual implica cambios que pueden transmitirse a futuras generaciones y de las cuales se desconocen aún los riesgos y problemas que esto pueda ocasionar y si estos afectaran en mayor o menor medida la calidad de vida futura de esos individuos. Además, existen otras prácticas controversiales destinadas a la elección del sexo del bebé, entre las que destacan la selección del esperma, que consiste en separar dentro del laboratorio los espermas con cromosomas X de los espermas con cromosomas Y, para posteriormente implantar los seleccionados en el útero y está también el diagnóstico genético preimplantacional, en el cual se utiliza la fecundación in vitro, que es un tipo de fecundación extracorpórea, esto para poder manipular los embriones resultantes y poder determinar mediante un test de ADN cuáles son los embriones que darán origen a un hombre y cuáles serán los que darán origen a una mujer, de esta manera se logra implantar en el útero solo los embriones con el sexo seleccionado, garantizando así un resultado exitoso en cuanto al sexo deseado. Esto desde el punto de vista bioético genera controversia, si bien, podría considerarse correcto cuando existe una posibilidad de heredar una enfermedad ligada al sexo, ¿qué sucede cuando es por simple deseo?, puesto que en algunos países como China, si existe una preferencia a determinado sexo, en este caso el masculino, incluso se tienen registros de abortos posteriores a conocer el sexo del futuro bebé por esta causa, reflejando así la sociedad sexista en la que vivimos.

Entre las prácticas que forman parte de la reproducción medicamente asistida y que también están envueltas en una gran polémica se encuentra la gestación subrogada; la cual, para llevarse a cabo es necesario contar con una mujer que sea la gestante. Según el glosario de terminología en técnicas de reproducción asistida (TRA); por el Comité Internacional para el Monitoreo de la Tecnología de Reproducción Asistida (ICMART por sus siglas en inglés) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), una gestante subrogada se puede definir como aquella mujer que lleve un embarazo, bajo el acuerdo de que al término del mismo entregará el bebé a los padres previstos. En estos casos los gametos para lograr el embarazo pueden provenir de los padres previstos o de terceras personas. En la gestación subrogada se pueden involucrar técnicas como la fertilización in vitro, la inseminación intrauterina, entre otras; además, en ocasiones también se involucran técnicas de manipulación genética como las antes mencionadas; esto último aunado al alquiler de vientres es la razón principal por lo cual esta práctica está en discusión dentro de la bioética. Además, es cuestionable la protección hacia el menor, producto de esta técnica, pues los parámetros actuales no definen claramente su situación, esto podría caer en la posibilidad de que se vulneren algunos de sus derechos. En cuanto a quién podría considerarse su madre, tampoco está del todo claro, pues si bien, en algunos casos utilizan el óvulo de la mujer que gestara al producto, en otros casos el óvulo no corresponde a la mujer que gestara al producto, pero corresponde a la mujer que recibirá el bebé al término de la gestación y en otros tantos el óvulo no corresponde a la mujer que gestara, ni a la que recibirá el bebé, si no que será de una donante. ¿Cómo podríamos entonces definir a una madre?, tradicionalmente sería aquella que ha parido a un bebé con descendencia directa, siendo esto último el lazo biológico relacionado a ser madre, pero en estos casos ese lazo ya no es tan claro. De esta manera se termina por tener más preguntas que respuestas y aún nos falta un largo camino de investigación a nivel social, científico y médico para responderlas. Por otro lado al hacer manipulaciones genéticas se tiene pensado garantizar un resultado, ¿qué sucede cuando esto no se logra?, es acaso ético que quién solicite este servicio tenga el derecho de rechazar al bebé que resulte de la gestación porqué no es lo que esperaba y solo justificándose en que pago por un servicio.

Bajo una mirada feminista el impacto a nivel social y a nivel particular, prácticas de la reproducción medicamente asistida, como la elección del sexo del bebe, son poco probable que den un impacto positivo en la sociedad, puesto que aún podemos encontrar notablemente marcado el sexismo que nos aqueja día a día y que como sociedad no hemos logrado erradicar; esto lo vemos reflejado en el momento en que se conoce el sexo del futuro bebe, ya que ahí los padres tienden a decidir lo que creen que debe o no debe o logrará hacer el infante, cuando este aún no ha nacido y tampoco ha formado una personalidad que pudiera sustentar las conjeturas que realizan; ahora bien, sobre la modificación de la línea germinal no solo nos encontramos con el problema sobre desconocer los efectos que causara en la vida futura de la persona que resulte de este proceso y sobre su descendencia, sino que también, sería conveniente que se cuestionara cuál sería el límite que se tendría que marcar para impedir que estás manipulaciones genéticas pudieran obstruir el libre desarrollo de la persona que resulte del proceso y de quienes desciendan de la misma. En cuanto a la gestación subrogada no podemos omitir la clara apropiación capital hacia los cuerpos de las mujeres y su capacidad reproductiva, sumado a que los bebés productos de esta práctica se convierten en un objeto mercantil, uno que tiene que ser perfecto, formado al gusto de quién paga por él servicio y rechazado sino cumple con la expectativa; nos hace plantearnos si es el embarazo un proceso biológico que puede ser subrogado o si, en cambio, se trata del negocio que le faltaba al capitalismo para cumplir hasta el último deseo del ser humano y claro, siempre de la mano de un intercambio monetario.

Agradecimientos: Quiero expresar mi agradecimiento a Diana Elizabeth Calvo Navarrete, quien es médico general, egresada de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), por brindarme apoyo, orientación, asesoría e información para la elaboración del texto.




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