top of page

Recordando a Delmira Agustini

Y que vibre, y desmaye, y llore y ruja y cante, Y sea águila, tigre, paloma en un instante, Que el Universo quepa en sus ánsias divinas; Tenga un decir que hiele, que suspenda, que inflame Y una frente erguida que su corona reclame Ya sea de diamantes, de estrellas ó de espinas “La musa” (fragmento)


Delmira Agustini nació en Montevideo, Uruguay en 1886. Inicialmente publicó algunos de sus escritos en otras revistas importantes de ese momento, como Rojo y Blanco, La Pètite Révue y Apolo. Comenzó a escribir como columnista a los 16 años en la revista La alborada; también tenía una sección llamada “La legión etérea” que firmaba con el seudónimo Joujou. Ahí hacía retratos de estilo modernista, es decir hacía imágenes adornadas y bellas, de algunas mujeres influyentes de la burguesía en la ciudad deMontevideo. Esto le ganó reconocimiento dentro de la corriente modernista que ya se conformaba en su mayoría por hombres. Aunque venía de una familia acomodada, fue víctima de sus circunstancias, pues en ese momento a las mujeres no se les permitía acceder a las universidades o a tener reconocimiento dentro delmundointelectual,fuesutalentoparaescribir lo que poco a poco le ganó reconocimiento entre sus contemporáneos en Latinoamérica como Julio Herrera y Reissig, Horacio Quiroga con quienes escribió en la revista Apolo. Publicó su primer libro en 1907 El libro blanco, en 1910 Cantos de la mañana y en 1913 Los cálices vacíos. Luego de su muerte se publicaron tres libros más, El rosario de eros en 1924 y Los astros del abismo en ese mismo año, por último, en 1969 se publicó su Correspondencia sexual. Su poesía era de carácter erótico en donde la figura femenina era el sujeto de deseo con un carácter feminista, simbolista y sensual, sin embargo, en un mundo hetero patriarcal como el del siglo XX en el que las posibilidades de desarrollo de la mujer estaban recortadas, Delmira tuvo una conciencia clara del lugar que como escritora le correspondía: es posible percibirla en su poesía a través de la reflexión persistente sobre el arte y los artistas y en sus gestos de profesional de la escritura, en un momento en que esa condición estaba enduda aún para los hombres (Biblioteca Nacional de Uruguay, 2021). En los primeros años del siglo XX, en contraposición al falocentrismo de la época, fue una de las primeras mujeres que tuvo la posibilidad de explorar de una forma compleja la sexualidad y el placer femenino a través de su poesía erótica en donde se evocaban a través de imágenes atributos como los sentidos, el color y sonoridad. A partir de la idea de que la literatura es un reflejo del lugar y el tiempo en el que se escribe, se puede decir que el feminismo se ve reflejado en la literatura a partir de una reflexión sobre el rol de la mujer en la sociedad y también a través del desasosiego que experimenta la mujer que escribe, es decir, sobre las dificultades de encontrar una voz propia, dentro de un mundo, el de la literatura, tradicionalmente reservado al sexo masculino, en el que la mujer es objeto, pero nunca sujeto de su propia enunciación (Mirta Dos Santos, 2011). En este sentido, Delmira Agustini profundiza en el conflicto interior que le causa vivir en ese mundo hecho por y para hombres. Escribe varios poemas en los que expresa su inconformidad y su necesidad de sobreponerse a sus circunstancias como mujer e intelectual, tal como los siguientes versos del poema La barca milagrosa donde expresa sus ideas disruptivas sobre la forma de pensar y actuar de ella como mujer y escritora: Preparadme una barca como un gran pensamiento...

La llamarán “La Sombra” unos, otros “La Estrella”.

No ha de estar al capricho de una mano o de un viento: ¡Yo la quiero consciente, indomable y bella!

(Delmira Agustini 2017). En los versos del poema “Lo inefable”, la poeta habla desde la primera persona sobre el impedimento de pensar y expresar, y de no ser escuchada: Yo muero extrañamente... No me mata la Vida No me mata la Muerte, no me mata el Amor; Muero de un pensamiento mudo como una herida... ¿No habéis sentido nunca el extraño dolor?

(Delmira Agustini 2017) Por otra parte, utiliza metáforas y elementos simbólicos que construyen imágenes eróticas, pero enfatizando que es la voz femenina la que expresa deseo, como en el poema

“Jirón de púrpura”: Yo doy miel por miel; guarda el aguijón sonoro A la carne burguesa que profana el vergel, A los que regatean tu vida en la miel de oro

Calculando a la sombra sagrada del laurel. (Delmira Agustini, 2017)

En el poema titulado “Racha de cumbres” hace alusiones a un encuentro amoroso utilizando elementos simbólicos de la naturaleza: Subamos. De la cumbre, del reino de las alas

Expulsemos los cóndores, expulsemos las águilas.

Allá la novia Nieve abre su blanco velo Que tiembla y que desmaya a los besos del cielo. Y el mar al pie, agolpándose en la piedra y la arena,

Rompe, azota, revuelca su intrincada melena.

(Delmira Agustini, 2017) ¿Por qué es importante recordar a Delmira Agustini? Con el paso del tiempo se ganó un lugar fundamental para la corriente del modernismo en Latinoamérica. Comenzó con los comentarios positivos del autor Rubén Darío, quien además escribió el prólogo para su tercer libro Los cálices vacíos y de quien no recibió clases por decisión propia, pese a la estrecha relación que llevaban. Es por esta razón que otros críticos también escribieron sobre ella y se acercaron a lo que Agustini publicaba. No obstante, este reconocimiento no se enfocaba totalmente en su trabajo, sino que aun con el sobrenombre de “niña virginal” que le atribuyeron algunos críticos del círculo literario, lo que supone un énfasis, incluso después de su muerte, en la belleza física de Delmira Agustini y no en su trabajo como poeta y narradora, también se le llegó a comparar con la poesía mística de Santa Teresa. Algunos otros le dieron el apodo de “pitonisa de Eros”, por el carácter explícito de sus versos. La carrera de la poeta, aunque exponencial y exitosa, fue brutalmente truncada en 1914. Delmira Agustini fue asesinada a los 28 años por su exmarido Enrique Job Reyes, con quien, pese a que nunca estuvo interesado en su talento como poeta, mantuvo una relación por correspondencia durante 5 años; estuvieron casados poco más de un mes, aunque podría decirse que fue por las expectativas que había de ella y no porque realmente quisiera, pues ella tenía otro pretendiente: el escritor argentino Manuel Ugarte. Después de ese tiempo ella y su ex esposo seguían manteniendo reuniones amorosas, hasta que el 22 de junio de 1914, durante una de las citas acostumbradas, ella recibió dos disparos que le ocasionaron la muerte al instante. Después de cometer feminicidio, Enrique Job Reyes se suicidó. La noticia tuvo tal impacto que se le dio amplia cobertura mediática, lo que solo revictimizaría más la memoria de la poeta con el énfasis de sus atributos físicos, pues se le atribuía el carácter de crimen pasional e incluso, se les llegó a comparar con la historia shakesperiana de Romeo y Julieta. Actualmente solo se puede acceder a su poesía desde fuentes digitales pues, por lo menos en México, su obra no es editada, leída ni difundida a pesar de que se consolidó como una figura literaria controversial y tampoco se ha considerado del todo su papel en la consolidación del movimiento modernista, así como también algunas otras características de su obra consideradas vanguardistas, pues siempre mantuvo su cometido de creación de imágenes nuevas que rompieran con la idea falocentrista del placer y del cuerpo mismo, haciéndolo a través del juego del lenguaje. Del mismo modo, así como lo fue para ella, muchas mujeres están sujetas a las expectativas impuestas por otros (as) para establecer vínculos. Estas imposiciones vienen de la misma cultura heteropatriarcal que considera a las mujeres como elementos delebles tanto de la historia, como de sus propias decisiones. Delmira Agustini fue consciente de todas las desigualdades que implicaba ser mujer, aún de una familia acomodada y de las limitaciones de pensamiento y acción. Aunque su familia buscaba también promover su talento, fue siempre bajo el control de su padre y hermanos.

Ella deseaba ser dueña de sus propias decisiones y le quitaron la vida por ello.

Bibliografía citada Agustini, Delmira; Comp. Martínez, C. (2017). Poesía completa. Dos Santos, M. F. (2011). La lectura feminista en la literatura. El caso de Delmira Agustini. Castilla. Estudios De Literatura , 233–251. Biblioteca Nacional de Uruguay. (2021). Delmira Agustini . En Archivo Delmira Agustini. Revisado en 2021, de archivodelmira.bibna.gub.uy/omeka/.

Arely Pantoja Literata feminista y crítica impía




119 visualizaciones0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo

Poema 2

bottom of page